LA OBEDIENCIA DE LOS HIJOS

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá.
Juan 15:7

No que Dios ame más o menos a una persona porque "se porte bien", tampoco que podamos agradar a Dios mediante nuestra obediencia. Lo que está diciendo este pasaje, es que, así como un buen padre se complace en el buen comportamiento de sus hijos, Dios se complace en que guardemos sus mandamientos y nos dejemos guiar por su voz y nos da lo que le pidamos a fin de incentivarnos a seguir haciendo lo correcto.

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