UN LLAMADO A LA PRUDENCIA

Es cierto que Dios es bueno, y que cuando confiamos en él, podemos ser protegidos y guiados por él. Pero así como nos invita a que conscientemente nos acerquemos a él y le invoquemos, también nos invita a ser diligentes en cuanto a hacer su voluntad y a ser prudentes en los distintos asuntos de nuestras  vida.

Si bien es cierto que Dios en la historia bíblica ha salvado a sus siervos fieles milagrosamente de peligros mortales. Como Daniel del foso de los leones, o sus amigos del horno de fuego, solo por mencionar a algunos. También es cierto que ellos nunca buscaron el peligro, se limitaron a hacer lo correcto, es decir, la voluntad de Dios, aunque esto los metiera en problemas con los malvados. Mas nunca se metieron en peligros innecesariamente, por eso Jesús no saltó del pináculo del templo cuando el diablo lo tentó (Juan 4:6). 

El prudente ve el peligro y lo evita;
el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.
Proverbios 27:12

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